Me pasó algo parecido al llegar a la Universidad, de repente, un profesor me reconoció, me señalo y dijo: "Zezil!". Aunque lo dijese alegre, a mí me iba a dar algo, ¿yo soy Zezil? de pronto, todos recordamos el mensaje leído en Oviedo: "Sé que estás leyendo esto, y sé que piensas que ya me he cobrado mi venganza y que estoy satisfecho, pero te equivocas, quiero más. Te quiero muerto y siempre estaré al acecho, Zezil".
Después de recordar esto, me mareé y caí al suelo, pero tuve tiempo para ver la cara de todos al descubrir mi auténtica identidad desconocida hasta hoy por mí.
Me levanté en una sala de espera, con un montón de ojos fijos en mí, me sentí agobiado, y le expliqué que creo tener un problema de amnesia, así que mañana iremos todos a un psicólogo.
